Descansamos: una pesadilla puede envenenar nuestro sueño.
Despertamos: un pensamiento errante nos empaña el día.
Sentimos, concebimos o razonamos, reímos o lloramos.
Abrazamos una tristeza querida o desechamos nuestra pena;
Todo es igual; pues ya sea alegría o dolor,
el sendero por el que se alejará está abierto.
El ayer del hombre no será jamás igual al de su mañana.
¡Nada es duradero salvo la mutabilidad!
Mary Shelley. Frankestein. (1817)
faaa me encanto esta entrada o.O
ResponderEliminar