miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cuánta falta me haces...

Amiga, si supieras lo que te entiendo...
Poca gente puede entender el vacío existencial que te produce la ausencia de un animal cuando para vos no es un simple animal, sino una compañía, un amigo, un hermano, una persona, un par... cuando en resumidas cuenta, es importante en tu vida.
Así como a cualquier ser querido, sentís que tu vida se va con ese animalito al cual tuviste que decir adiós. A aquel que te acompañaba, que te recibía alegremente cuando llegabas, que se sentaba al lado tuyo cuando llorabas para consolarte, que saltaba cuando vos estabas feliz, que te pedía comida sólo para tener el plato lleno y para sentir que le prestabas atención, que como no puede,  nunca te dijo nada, pero siempre estuvo ahí para vos. Que te dio siempre ese amor incondicional que necesitaste, que nunca pediste pero que nunca te faltó.
Y sin embargo pensás que la vida es muy injusta porque viven poco tiempo, porque tenés que despedirte, porque tenés que verlo sufrir, porque tenés que seguir adelante con tu vida y él/ella ya no está ahí y su dolor te causa tal angustia que hasta lloras de sólo pensar en estar en tu casa y que no esté allí.
Duele. Sí. Mucho.
Y no hay palabra alguna que pueda servir de consuelo ni cosa alguna que pueda llenar ese vacío que te deja, el sabor amargo
La vida sigue. Pero uno no olvida. Y más aún cuando ese pequeño ser vivo te dio más de lo que cualquier persona hubiese hecho, y te aguantó más de lo que cualquier persona hubiera soportado.
No queda otra que conservar siempre el recuerdo de su compañía como una de las mejores cosas que pasaron en la vida. Y nunca, pero nunca olvidarlos. Guardarles por siempre un lugarcito en tu corazón.
Yo lo hice, y acá está él, siempre presente y conmigo.

domingo, 11 de septiembre de 2011

¿Cómo poder explicártelo?

-¿Por qué esa cara? - preguntó con preocupación.
Ella sólo bajó la cabeza e intentó esbozar una sonrisa que surtió poco efecto.
-Conmigo no te podés esconder...
Suspiró.
- Siento que me están empezando a pasar cosas con vos... - dijo ruborizándose.
De alguna manera aquella contestación lo tomó por sopresa, pero sólo se limitó a sonreír.
- ¿Y eso por qué es malo? - preguntó aún sonriendo.
Ella levantó la vista y lo miró sorprendida. Luego sonrió y negó con la cabeza.
- No digo que sea malo...
- ¿Entonces cuál es tu preocupación?
Se encogió de hombros mientras él continuaba sosteniéndole la mirada.
- No sé por qué no te relajás...
-¡Lo intento! - interrumpió ella.- Es sólo que no creí que podría volver a sentirme así... ültimamente vengo pensando mucho en vos... imaginando cosas... lindas
Sus mejillas adoptaron un color rosado y no pudo evitar morderse los labios.
Él sonrió aún más.
- Sigo sin entender qué es lo que está mal de todo eso... Es decir, es normal que pasen estas cosas... no te pasan a vos sola...
- No, ya lo sé que no... Todo el mundo puede volver a empezar, a todos les debe prestar esta confusión...
Sin dejar de sonreír, suspiró.
- A ver si puedo ser un poco más claro... o a ver si de esta manera me entendés y podés quedarte más tranquila... No te pasa a vos sola. A mí también me están pasando cosas con vos.
Alzó la vista y le sostuvo la mirada, atónita. Nunca creyó que podría ser tan directo. Ambos sabían que les gustaba jugar a las indirectas, pero ella había decidido sincerarse de una vez porque lo que sentía se estaba apoderando de sí y no sabía cómo manejarlo.
Respiró profundamente y se quedó sin saber qué decir.
- Dale... ¿me vas a decir que no sabías? ¿Vos te pensás que si a mi no me interesaras yo estaría acá haciéndote perder el tiempo?
Ella volvió a encogerse de hombros.
- No, es sólo que pensé que tal vez... sólo salíamos como amigos...
No pudo evitar reírse de lo que acaba de decirle. Era tan bonita cuando jugaba a ser inocente.
Ella aún le sostenía la mirada. Le observó el semblante por un momento y luego se acercó un poco más cerca de ella. Suavemente le dijo:
- Yo no puedo ser tu amigo.
Ella frunció el cejo. Lo miró a los ojos sin lograr comprender a qué se refería.
Pero él se acercó aún más hasta quedar apenas unos centímetros uno del otro.
- Porque si fuera tu amigo, no podría hacer esto.
Y tomándola por la cintura unió sus labios a los suyos y comenzó a besarla fervientemente.

sábado, 10 de septiembre de 2011

Si el destino lo tiene planeado, echada estaba su suerte

Cerró los ojos y respiró profundamente.
- No me afecta.- dijo como tratándose de convencer a sí misma.
Pero si no lo hacía.... ¿qué era ese nudo en la garganta que no la dejaba tragar?
No quería pensar, pero resultaba inevitable. La mente nos traiciona de vez en cuando.
Sin embargo, no podía dejarse caer por algo que no valía la pena ni tenía sentido alguno. No era sano, y tampoco era justo. Logró lo que hacía tiempo había intentado lograr, y no se iba a dejar caer ahora. No después de todo lo que había conseguido hacer en el último tiempo. No iba a flaquear, no bajaría los brazos. Un tropezón no es caída, y como esos seguro habría un montón. Pero había que seguir adelante.
De alguna manera sentía que valía la pena... que muchas cosas mejores la esperaban, y que el destino seguramente tenía preparado algo mucho mejor para ella, y sólo tenía que salir y buscarlo....
O quizás no se trataba de buscar... quizás sólo debía dejar que las cosas pasen.... Seguir su vida, pero mirando atentamente en el camino, a fin de no perderse de vista detalle que pueda dar con el tramo hacia su felicidad.
Bueno, tal vez era un poco absurdo pensar así.... Su felicidad sólo dependía de ella. De ella y de nadie más.
Y decidió salir a caminar. Descubrió que la música era lo único que la hacía sentirse mejor cuando se encontraba así. Por lo tanto, el sol y el cálido día de fines de invierno la ayudó a mantener la frente en alto y seguir caminando esperando lo que pudiera estar deparándole el destino.

domingo, 4 de septiembre de 2011

Siempre habrá botellas vacías...

-Sí, definitivamente "Sometimes I should just keep my mouth shut or only say hello".- pensó mientras iba caminando en aquel fresco atardecer de fines de invierno.- Las personas deberían hablar menos, y hacer más. Si aplicaran esto, creo que se evitarían mucho los conflictos. 
Se metió las manos en los bolsillos y bajó la cabeza. Caminaba mirando el suelo, pues no quería demostrar el dejo de desilusión que se asomaba en su mirada. Nunca sabe uno con quién se puede encontrar si va caminando con la frente muy alta.
Ella iba siempre muy ensimismada. Tanto, que a veces resultaba un tanto peligroso al circular por el asfalto. Con la música a todo lo que daba el pequeño reproductor se aíslaba completamente del mundo mientras disfrutaba de un paseo para despejar la mente, escuchando "Walking Alone" de Green Day.
La realidad era que cada vez se sentía más sola. Y detestaba la soledad, pero sabía que era su culpa. Ella había logrado quedarse sola con el paso del tiempo. Pura culpa suya.
Pero que también era una cuestión de mala suerte, de eso no cabía duda alguna. El azar nunca estuvo de su lado.
De todas formas, ya le daba lo mismo. La preocupación ya no era tanta. Pero esa sensación de vacío en el pecho no podía quitársela nadie. Quería hacerse la fuerte, la que no le afectaba, pero sin embargo, se sentía herida y desilusionada otra vez. Era su culpa, por ser humana equivocarse al elegir. Ya definitivamente no era una cuestión de suerte. Tal vez tuviera un imán... o algo así. Realmente no sabía, pero ya se estaba empezando a cansar de eso. Sí así era, entonces tenía que ser por su propia voluntad hacer que las cosas cambien.
No dependía de nadie más que de ella.
No necesitaba a nadie más que a ella misma y a su propia confianza.
Pero sin embargo, se sentía tan sola.