lunes, 29 de agosto de 2011

'Cause I see everything when I look at you...

Sabía que estaba yendo demasiado lejos... Pero ya no había vuelta atras, no había manera de frenar ese hermoso sentimiento que había nacido dentro de su ser y que al parecer era mutuo...
Pero no había miedo ni preocupaciones... con sólo una mirada podía darse cuenta que a su lado no habría peligro, no habría dolor... y que era lo que siempre buscó...
Y pensar que había perdido tanto tiempo derramándo lágrimas por quién no las merecía... Y no se había dado cuenta lo que había allí fuera esperando que abriera los ojos finalmente y pudiera encontrar una nueva oportunidad de ser feliz.
Sólo una frase le daba vueltas en la cabeza... "let it be".
Y así lo haría.

jueves, 25 de agosto de 2011

Stop time tonight... stay in this moment forever...

Levantó la vista y le volvió a sonreír.
Él la miraba enamorado, y ella no podía evitar sentirse apreciada nuevamente.
Bajó la vista y rodeó el vaso con ambas manos. Se quedó unos instantes observando el contenido y luego suspiró. Dio un sorbo y volvió a dejar el trago donde estaba.
- Sabés que no estoy como para comenzar una relación de nuevo... - dijo encogiéndose de hombros y levantando apenas la mirada.
Él no decía nada. Sólo miraba sus dos hermosos ojos. Esos ojos que lo tenían encandilado. Por dentro pensaba que tenía razón, pero no obstante él quería una oportunidad de hacerla feliz... Sabía que él podría hacerlo.
Ella dio un suspiro y él bajó la vista hacia su vaso.
- Sin embargo...- continuó.-... no sé cómo explicar lo que siento cuando estoy con vos... Pese a que sé que no debo apurar las cosas... siento unas ganas incesantes de que mi vida al lado tuyo empiece ahora...
Se ruborizó.
Él levantó la vista, sorprendido.
- No sé por qué, pero cuando estoy con vos me siento completa... siento como si fueras lo que siempre estuve buscando... que en el camino me perdí y ahora finalmente llegué a donde tenía que llegar...
- ¿Y dónde es eso exactamente? - preguntó dejando asomar una pequeña sonrisa.
Se miraron directamente a los ojos y el silenció reinó entre los dos. Poco a poco volvieron a acercarse hasta quedar sus labios apenas unos centrímetros al lado del otro.
- Acá... con vos...
Sin darse cuenta, en menos de unos segundos, estaban envueltos en un apasionado beso. Él corazón les latía precipidamente, como si estuviera a punto de estallar.
En el momento en que pudieron despegar sus labios, ella susurró a su oído
- Es como si hubiese nacido para vos y todo este tiempo sólo tenía que encontrarte.
Él le corrió suavemente el cabello, despejándole el rostro y la tomó del cuello. Se acercó despacio a su oído y como sin quererlo olió profundamente su perfume. Cerró los ojos y suspiró.
- Entonces valió la pena esperarte tanto tiempo.

miércoles, 24 de agosto de 2011

She may be the face I can't forget...

Y se sentó en el bar a esperar.
Aún no lograba entender por qué se sentía tan nervioso. ¿O era ansiedad?
No era tan fácil para un hombre distinguirlo. Además, ella era la primera mujer que lo había hecho sentir así.
Y era increíble. Todavía no podía creer cómo luego de tanto tiempo había podido conseguirla y estaba logrando conquistarla.
Tomó su celular y miró la hora. Pasadas las diez de la noche apenas. Suspiró.
Levantó la vista lentamente y esbozó una sonrisa.
Una elegante morena acababa de cruzar el umbral de la puerta de aquel lugar y lo recorría con la mirada hasta encontrarse con la suya. Ella le devolvió la sonrisa y se acercó a paso lento hacia la mesa donde él se hallaba.
- Perdón por hacerte esperar.- le dijo con esa cara de inocente que él no se podía resistir.
- No hay problema, llegué hace unos instantes.- dijo encogiéndose de hombros.
Le dio un cálido beso en la mejilla y se sentó a su lado.
- ¿Qué vas a tomar? - le preguntó mientras ella se quitaba el abrigo.
- Oh... Un Martini estaría bien.- respondió sonriendo.
Le hizo una seña al mesero y le encargó el trago solicitado por la dama.
No podía dejar de mirarla. Lucía radiante, como siempre. Y no dejaba de sonreír. Estaba encandilado con su sonrisa, y no podía darse crédito aún de que fuera por él que ella la llevara en su semblante últimamente.
Ella continuaba revolviendo unas cosas de su cartera y luego volvió la vista hacia él, dirigiéndole otra encantadora sonrisa.
- ¿Estás bien? - le dijo frunciendo el cejo sin dejar de sonreír.
Él se despertó como de un sueño y sacudió la cabeza.
- Sí... ¿por qué lo preguntás? - preguntó extrañado.
- Porque me mirás como si quisieras decirme algo y no te animás...
El se encogió de hombros nuevamente y se ruborizó.
En ese instante llegó el mozo con los dos tragos y los apoyó sobre la mesa.
Ambos le dieron las gracias y levantaron sus vasos.
- ¿Por qué brindamos? - preguntó ella al aproximar su vaso al de su compañero.
El muchacho alzó la vista y se quedó pensando un momento. Luego volvió a bajar la mirada para encontrarse directamente con sus ojos que ansiaban una respuesta.
- Por vos. Que sigas así de bien como estás ahora. Es un gran paso que diste y merece que brindemos por ello.
Ella se ruborizó, sin dejar de mirarlo. Se mordió los labios y golpeó suavemente su vaso contra el suyo.
- Salud.- dijo.- Por nosotros... y esto extraño que está comenzando.
Y sin dejar de mirarse a los ojos fueron acercándose lentamente el uno hacia el otro hasta que sus labios fueron sólo uno en un mágico y húmedo beso.

jueves, 18 de agosto de 2011

Made for each other

- ¿Segura que no nos conocemos de antes? - insistió.
Ella lo miró a los ojos y se quedó perdida ante esa dulce mirada que le sonreía enfrente suyo.
- Quizás de otra vida. - respondió devolviéndole la sonrisa.
¿Cómo evitar sonrojarse ante esa hermosa mirada? Debía admitirlo. La encadilaba.
A decir verdad, siempre creyó que no volvería a fijarse en un hombre luego de la separación de su primer, y hasta entonces único novio. Y hacía tiempo que no se fijaba en alguien.
Pero él se había convertido en su debilidad. Él la hacía sentir viva otra vez, la hacía sentirse bien consigo misma.
Disfrutaba de su tiempo juntos, e incluso podía decir que con él, se hallaba donde debía estar. No tardó mucho en darse cuenta de ello.
Volvió la vista hacia él, luego un rato de estar sumida en sus pensamientos. La observaba con cautela y con admiración. Se sentía adorada a su lado.
- ¿Qué sucede? - le preguntó.
Él sonrió aún más.
- Me encanta cuando te pones pensativas... Ponés cierta cara de... - hizo una pausa.- ... ¿cómo explicarlo?
- ¿Boluda?
Largó una risotada al tiempo que negaba con la cabeza.
- ¡Desde luego que no! - dijo aún sonriendo.- Sos preciosa.
No pudo más que ruborizarse y encogerse de hombros.
Pasó su brazo por sobre su hombro y la atrajo hacia sí, envolviéndola en un cálido y apasionado beso.
Definitivamente, él era el hombre para ella.

domingo, 14 de agosto de 2011

De vez en cuando lejos, de vez en cuando cerca

Tomó sus cosas, decidida a marcharse de aquel lugar.
Sabía lo que sentía, y sabía que no estaba bien sentirlo. ¿Por qué no?
Trataba de convencerse a sí misma de que estaba mal, de que era muy pronto, de que necesitaba tiempo.
¿Y el dejar que las cosas surjan? Eso de lo que todos hablan, pero luego nadie se hace cargo...
¿Qué más daba? ¿Importaba lo que dijeran los demás?
Su mayor miedo era que estuviera engañándose a sí misma. Era creer que lo que sentía era superflúo, causa de su necesidad de cariño y su falta de amor, y de todo lo vivido recientemente, ese hecho de aferrarse a "lo primero que encuentra".
Pero no era lo primero que encontraba... había mucho más allí afuera por ver... sin embargo, a ella poco le interesaba. No estaba en sus propósitos tirarse a la calle a dejarse llevar por la vida y como algunos llamaban "divertirse y pasarla bien". Ella lo hacía a su manera, la cual era totalmente distinta a la que ellos llamaban de esa manera.
Nunca se había dejado llevar por lo que los demás decían. Siempre fue de fuertes convicciones y pensamientos. Y de decidir por ella misma...
¿Y si esto era una oportunidad que se le presentaba? ¿Y si ella la estaba despreciando? ¿Y si el tren zarpaba y con él se iba otra oportunidad de ser feliz?
No podía quedarse pensando, esperando qué hacer... ¿Dejar que las cosas fluyan? Sí, era una buena opción. ¿Qué tenía por perder? Quizás si no lo hacía, podría arrepentirse toda su vida.
A fin de cuentas, las oportunidades se dan una sola vez en la vida....
Y rara vez se pueden repetir.

jueves, 11 de agosto de 2011

We're gonna scream, scream all night long ♫

Hoy tengo ganas de quejarme. No me aguanto ni yo misma. Me duele el cuello, me pica todo el cuerpo, tengo sueño, estoy cansada, tengo hambre, no paro de comer, estoy hecha un sapo, no puedo dejar de comerme las uñas, mataría por un pucho, y encima tengo otro tipo de necesidades que mejor no entrar en detalles.
Sonríe a la vida... ¿Por qué? Si la vida se me caga de risa !
Me da la espalda, y yo no le puedo tocar el culo porque soy demasiado buena y decente.
Después por eso me enfermo. Aguanto, aguanto, aguanto.
Hoy no estoy poética, se me fue la inspiración.
Cuando me vuelva, veré.
Mi histeria y mi ciclotimia me tienen un poco harta. Bastante.

martes, 9 de agosto de 2011

¿Por qué el ser humano es así? ♫

¿Por qué presume el hombre de tener una sensibilidad mayor a la de las bestias cuando esto sólo consigue convertirlos en seres más necesitados? Si nuestros institntos se limitaran al hambre, la sed y el deseo, seríamos casi libres. Pero nos conmueve cada viento  que sopla, cada palabra al azar, cada imagen que esa misma palabra nos evoca.
Descansamos: una pesadilla puede envenenar nuestro sueño.
Despertamos: un pensamiento errante nos empaña el día.
Sentimos, concebimos o razonamos, reímos o lloramos. 
Abrazamos una tristeza querida o desechamos nuestra pena; 
Todo es igual; pues ya sea alegría o dolor, 
el sendero por el que se alejará está abierto. 
El ayer del hombre no será jamás igual al de su mañana.
¡Nada es duradero salvo la mutabilidad!

Mary Shelley. Frankestein. (1817)

domingo, 7 de agosto de 2011

Adiós te digo

Y cómo duele. Después de tanto tiempo. Aún sabiendo que es lo mejor para los dos. Y yo ya lo sé, y sé que voy a estar mejor, pero me duele aceptarlo cuando alguna vez creí que ibas a ser el amor de mi vida. Sin embargo el tiempo me demostró que lo nuestro no podía ser y no va a poder ser nunca.
Y ahora es momento de crecer.
Olvidarte, nunca. Solamente quiero apagar lo que siento por vos para no sentir dolor ante tu ausencia. Porque además eras mi amigo, pese a todo. Y yo te quería. Yo te quiero. Pero no puedo seguir sufriendo así, y tengo que seguir adelante con mi vida.
Por favor, Dios, si es que hay de veras, dame la fuerza para seguir adelante. Y no me dejes volver a caer para sufrir otra vez. Esto es lo mejor.
Para los dos.

jueves, 4 de agosto de 2011

Mi peor enemigo

Es una mierda sentirse así. Como estar entre la espada y la pared. Como "ser o no ser". Es uno o lo otro. ¿Y qué hacer? Cuando ya sé lo que tengo que hacer pero todavía no junto el valor para hacerlo. Porque sé que es lo mejor, pero cómo cuesta decir adiós. Borrón y cuenta nueva es imposible. Y además el tiempo.
Eso no ayuda. Es también un amigo, y ¿cómo haces para separarte de un amigo sólo para no lastimarse más? Qué complicado que es todo.
"Adiós te digo, y me siento mi peor enemigo, se desgarra nuestra historia pasada". Sí, Ricky. Me venís al pelo. Lo peor de todo es que sé que con el tiempo lo más probable es que me de cuenta que todo pasa. Sin embargo, olvidar es imposible. Nadie se olvida de una persona. Menos cuando pasas tantos años al lado de la misma.
No. No hablo de olvidar. Sólo de dejar atrás.
Es tiempo de crecer, de madurar y de ver las cosas un poco con la razón. Porque el corazón se equivoca y demasiado. Me viene a la mente una frase de William. "Por eso al alado cupido llaman ciego, y es un niño han de decir; puesto tanto se equivoca al elegir". Creo que está reformulada, pero de todas formas la idea es esa.
Hoy no estoy inspirada. Y no tengo una de mis mejores semanas. La vida apesta. Y el amor más.

martes, 2 de agosto de 2011

De guerra y otras injusticias

¿Por qué hay quién sufre hambre,  mientras que en otras partes del mundo los alimentos se pudren por superabundancia? ¡Oh! ¿Por qué han enloquecido los hombres así? Nunca creeré que los poderosos, los políticos y los capitalistas son los únicos responsables de la guerra.
No, el hombre común y corriente también se alegra de hacerla. Si así no fuera, hace tiempo que los pueblos se habrían rebelado. Los hombres tienen el instinto de destruir, de asesinar, de matar, y tan sólo mediante la acción de toda la Humanidad, sin excepción, en pro de un gran  cambio, la guerra persistirá. Todo lo que se cultiva, siembra y se construye será destruido y deformado, después de lo cual la humanidad tendrá que empezar de nuevo.

El Diario de Ana Frank. 3 de Mayo de 1994