miércoles, 27 de julio de 2011

Running away from pain when you've been victimized...

Corría por un pasillo oscuro que parecía interminable. Corría desesperadamente como si algo estuviera persiguiéndola. O como si algo estuviera ella persiguiendo. Pero miraba hacia atrás constantemente, cerciorándose de que no hubiera nada tras ella. Tenía una sensación extraña como de estar siempre en el mismo lugar a pesar de sus tantos intentos de escapar de allí y ver por fin algo de luz. ¿Hacia dónde iba? ¿Qué estaba buscando? Ni siquiera ella misma lo sabía. Sólo corría. Volteaba de vez en cuando y sentía una imperiosa necesidad de llegar hasta algún lado. ¿Pero adónde?
Siempre era el mismo escenario. El corredor parecía no tener fin y se hacía cada vez más oscuro y tétrico. Sintió miedo y presa de su propia adrenalina reunió todas sus fuerzas para correr lo más rápido posible. Sentía que estaba cerca de su objetivo, pese a no saber cuál era. Todas sus energías fueron en vano. El lugar cada vez se hacía más oscuro y más pequeño, estaba en un laberinto sin salida. Y sintiendo que algo venía tras ella, fue que tropezó y cayó al suelo. Tras escuchar algo que parecía una respiración agitada, fue invadida al instante por un ataque de pánico que había hecho temblar todo su cuerpo. Estaba al borde del llanto. Sintió que algo se le venía encima y quedó paralizada. Apretó fuertemente sus ojos, esperando lo peor.
Tan desesperada estaba que no pudo darse cuenta que aquella respiración era la suya propia. Y que de pronto, un silencio tranquilo colmó de paz aquel lugar. Poco a poco fue aflojando los músculos de su tensionado cuerpo y abrió lentamente los ojos. Tanteó un poco en la oscuridad para cerciorarse de que no hubiera nada allí, atenta a cualquier ruido. Consiguió tomar algo cerca de ella, pequeño. Lo presionó y aquel aparatito iluminó la habitación completa.
Pronto reconoció todo lo que allí se encontraba.
Era su cuarto. Tenía en sus manos un celular, que marcaban las 6 de la mañana.
Sólo había sido un mal sueño.

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