lunes, 25 de julio de 2011

Quizás no quisiera.... siquiera merecérmelo....

De repente se sintió ahogado. Como si algo en la garganta estuviera obstruyéndole el aire. Esa horrible sensación volvía a aparecer... ¿A qué se debía esta vez ese vacío en el pecho?
Trató de recordar cuándo había sido la última vez que se había sentido así... A decir verdad, esa sensación la había experimentado en varias ocasiones durante la cruda infancia que le tocó vivir. Pero sólo ocurría en situaciones de angustia y desesperación... y la última vez que había sentido eso fue...
Sí. Aquella vez. Y era la misma que ahora. Tal vez un poco más distinta... el tiempo había pasado y las circunstancias habían cambiado. Pero la situación era la misma. 
Esa sensación extraña de sentirse vacío e incompleto. Como si una pieza de su cuerpo se hubiese perdido y ahora se daba cuenta... Después de un tiempo.
¿Sería tarde para arrepentirse? ... ¿Y si ahora el desenlace tenía un final distinto al de la otra vez? ¿Y si esta vez era para siempre? ¿Y si ya era imposible ir en su búsqueda? 
Un hilo de tristeza asomó a sus ojos. 
Miró por la ventana mientras la lluvia caía con violencia sobre la vereda rota. Alzó los ojos al cielo gris y deprimente. 
La lluvia no sería un obstáculo para él. No. Tenía que hacerlo. No importaba si ya era tarde. No iba a quedarse toda la vida pensando qué podría haber pasado. Necesitaba tener una respuesta. 
Tenía que decirle cuánto la extrañaba. Tenía que hablarle y decirle lo que sentía. Que su vida no era igual desde que se había ido, y que todo se hacía intolerable sin su fiel compañía. Tenía que vomitar todo lo que sentía... Tal vez podría servir de algo... Aunque sea de desahogo... Era preferible que ella lo sepa. Quizás no era del todo tarde... Quizás ella sentía lo mismo. Quizás podría perdonar su cobardía... quizás podría entenderlo... Quizás...
No. Definitivamente no iba a quedarse con la duda.
Ni paraguas, ni abrigo. Tomó sus llaves y se marchó a la calle, en su búsqueda. 

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